O pasado día 29 de decembro, tivo lugar na Parroquia de Fontiñas, un encontro interparroquial no que participaron membros de distintas parroquias de Santiago, (Fontiñas, Os Tilos, Conxo, O Pilar, Castiñeiriño…) formando un grupiño dunhas vinte persoas.
O motivo deste encontro viña dado polo tempo litúrxico de advento/Nadal que estamos a vivir, e que organiza o “grupo interparroquial”, impulsado polo arcipreste de Santiago e cura párroco de Conxo, xunto con Donato (cura de Fontiñas).
A reflexión deste encontro centrouse no lema pastoral “Da misa á misión. Somos enviamos ao mundo de hoxe”, ou sexa, a misión que nace da Eucaristía para coñecer a realidade, para transformala e implicarnos nelo.
Esta exposición foi feita por Pepe Pillado, que é membro da parroquia dos Tilos e persoa moi comprometida neste intre con Cáritas.
O resultado final deste encontro foi moi positivo para as persoas que participamos nel.
Ao final mediante unha reflexión persoal plasmamos por escrito cada un de nós, o noso compromiso de cara o advento que se depositou nunca cuna valeira, esperando así a chegada de Xesús.
A continuación, compartímolo con todos vós e agradecemos aos responsables da organización os seu traballo e esforzo.
Oración inicial.
Despiértame, Señor
Despiértame, Señor, no me dejes seguir durmiendo la vida.
Sácame de esta somnolencia que me arrastra,
que me hace vivir la vida de forma rutinaria,
que me impulsa a correr sin freno y sin sentido,
que me hace no ver a los que llevo a mi lado
y me deja insatisfecho, cada tarde, al terminar el día.
Despiértame, Señor, de la mediocridad somnífera,
esa que hemos convertido en el vestido más común y cómodo.
No me dejes “estar” con la gente sin amarla,
no consientas que haga cosas sin llenarlas de amor y de sentido,
no transijas que me instale en la comodidad.
Despiértame, Señor, mantenme en vela,
que tu gente ha de ser gente despierta,
porque Tú traes salvación a mi vida,
vienes a anunciarte a mi familia,
a dar un vuelco a mi forma de trabajo,
a impulsar la forma justa y solidaria de estar en este mundo.
Despiértame, Señor, para encontrar la salvación que se acerca,
ábreme los ojos al hermano y los oídos a su necesidad,
para facilitarle el camino de la vida,
para que podamos caminar, crecer y, así, salvarnos juntos.
Despiértame, Señor, sáname de cualquier desesperanza,
que no me adormezcan las prisas, las dificultades, ni los miedos,
que no me deje arrastrar por las tinieblas, sino que busque siempre la luz,
que ponga en sintonía mi vida con tu Vida
y así Tú y yo, en armonía, gozaremos de la abundancia en plenitud.
Despiértame, Señor
D.José Pillado.
De la misa a la misión. Somos enviados al mundo de hoy.
Comenzamos un nuevo curso y en la Iglesia comenzamos un nuevo año litúrgico, con tal motivo, como venimos haciendo años anteriores, comenzamos, una vez más, nuestros encuentros para orar y convivir en esta experiencia interparroquial.
La puerta del año se abre con un mensaje de espera y vigilia porque ignoramos la hora y el día, no sea que cuando llegue nos encuentre dormidos.
En el Adviento y la Navidad se nos presenta un mundo duro, difícil, en el que hay que remar contra corriente.
El Evangelio que se lee el primer domingo de Adviento (MARCOS 13, 33-37), nos lo dice: “Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer o a media noche o al cantar del gallo o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!”.
Por eso sería bueno dejar todo aquello que nos impide el estar vigilantes y tomar lo que nos lo facilita.
La vigilancia tiene que ser activa.
Hay una dinámica en la que, según el camino que emprendamos, tenemos que ir metiendo en una mochila todo aquello que necesitamos. Emprendemos el camino y vamos viendo la cantidad de cosas innecesarias que pusimos en ella.
¿Qué tendríamos que meter en la mochila o qué tendríamos que sacar de ella, para que nuestra vigilia fuese eficaz?
En esta actitud de vigilancia y espera, el plan Pastoral Diocesano, da un paso más con respecto al año pasado. Se nos pedía que estuviésemos alegres porque el domingo es el día del Señor. Este año nos dice que la celebración del día del Señor tiene consecuencias. Se nos envía a ser sus testigos.
Cuando hablamos de ser testigos estamos hablando de manifestar algo o a alguien de quien sabemos o conocemos, porque lo vivimos. Testigos del Señor querrá decir que tenemos que hablar de Él porque lo conocemos. Cuando Dios quiso que le conociésemos nos envió a Jesús. “El Padre y yo somos uno. El que me ve a mi ve al Padre” (Jn 14:9.)
¿Dónde tenemos que dar testimonio? Donde estemos. En esta sociedad de la que formamos parte, en el mundo religioso y en el civil. Y, ¿cómo es esta sociedad, este mundo?
Es un mundo globalizado. Los medios de comunicación, que son universales, (TV, radio, prensa escrita, Internet), nos dan a conocer los acontecimientos al momento.
Pero, ¿Está todo globalizado? ¿Hay igualdad de oportunidades? ¿Está bien distribuida la riqueza? Ciertamente que no todo está globalizado. (La riqueza no lo está. La pobreza tampoco. Las fronteras son un obstáculo para que la humanidad sea libre en sus movimientos. Se ponen trabas a los derechos humanos, etc.).
Al principio lo decía que en el Adviento y la Navidad se nos presenta un mundo duro, difícil, en el que hay que remar contra corriente.
El mundo de Israel (en tiempos de la escritura del Libro de Isaías) no era mejor que el de ahora. Fijémonos en lo que nos dice el profeta Isaías en la lectura del primer domingo de Adviento (Is 63): Tú, Yahvé, eres nuestro Padre, tu nombre es «El que nos rescata» desde siempre. ¿Por qué nos dejaste errar, Yahvé, fuera de tus caminos, endurecerse nuestros corazones lejos de tu temor? Vuélvete, por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad. Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses! - ante tu faz los montes se derretirían”.
Vuelvo a hacer la pregunta sobre la mochila: ¿Qué tendríamos que meter en la mochila o qué tendríamos que sacar de ella, para estar vigilantes y poder clamar a Dios como lo hace el pueblo de Israel? “Vuélvete, por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad. Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses!”
Veamos como era la sociedad judía en el tiempo de Jesús:
El pueblo judío es pobre e ignorante (por lo general analfabeto). Está dominado por un imperio extranjero que le oprime y exprime. Cobra los impuestos. La condena a muerte es muy frecuente. Domina de tal manera que si es necesario corre la sangre. Es un imperio pagano, politeísta y por lo tanto aborrecido por Israel. Gobierna con permiso de Roma un rey tirano y sanguinario.
Jesús viene a un mundo que no le va a ser favorable: En principio tiene todas las de perder. Ricos pocos y pobres la mayoría. Su familia es una familia pobre y con dificultades. José piensa en abandonar a su esposa. Esa situación en la época de Jesús se solucionaba despidiendo a su prometida o en caso de estar casada, con la lapidación de la mujer. Cuando Jesús nace, es un sin techo (no hay sitio para ellos). Pobres… la mujer a punto de dar a luz… El panorama no era nada bueno para quienes los acogiera, menuda se les echaba encima si daba a luz donde se le recibiera. Nace donde nace y desde ese momento se ciernen nubarrones sobre su vida. Empieza a ser perseguido. Tienen que huir a Egipto y si antes eran unos “sin techo”, ahora son inmigrantes “sin papeles”. (No debió ser fácil la vida en Egipto).
Sin embargo Él es la palabra de Dios que se encarna en una realidad concreta: en ese mundo adverso, pero es en ese mundo donde Dios tiene mucho que decir, tanto que lo quiere salvar y lo salva en Él.
Jesús se identifica con el pobre (tuve hambre…). Valora a la viuda que da la limosna (dio lo que tenía…). Sus actitudes son humildes (si no os haceis como niños…). Asume actitudes valientes cuando tiene todas las de perder (por qué me pegas …).
La encarnación sigue en el mundo actual. La Iglesia debe estar encarnada y nada le debe ser indiferente y en todo momento tiene que ser consecuente con el mensaje de Jesús. ¿Por qué cuando hay una manifestación a favor del pobre, del necesitado, del hambriento, no se ven sacerdotes o religiosas y muy pocos laicos? Estamos ocupados en el templo, es hora de misa, eso no sirve para nada, etc. No sabemos priorizar o no sabemos encarnarnos en nuestra sociedad.
Los problemas de la gente deben ser los problemas de la Iglesia, sus propios problemas. Nosotros debemos estar encarnados en este mundo aun sin ser de este mundo ya que nuestra meta no está aquí.
En esa misión Jesús nos quiere a todos. A nosotros que estamos metidos en este mundo, en esta sociedad, que no es mejor que el de su época.
El mundo es como es, no porque tiene que ser así, sino porque así lo hacemos las personas. Nosotros somos responsables.
El mundo rico ahora está en crisis. El mundo pobre siempre lo estuvo, pero al mundo rico no le preocupa el mundo pobre. Dicen que la ley del mercado… es la causante. ¡Qué manera de justificarse o justificarnos! ¡Qué manera de ponerse uno fuera de la responsabilidad! ¿Acaso las leyes no las hacen las personas? ¿Dónde están los responsables de la crisis del mundo rico y de la permanente del mundo pobre? En este momento, inicio del siglo XXI: Los ricos son pocos, pero muy ricos, los pobres muchísimos, la mayoría. ¿Y el G-20? Veinte países detectan el 90% de la riqueza mundial. El 10% de la riqueza está en manos del resto del mundo. Algo no funciona. O lo personalizamos y decimos que estamos funcionando mal o nunca nos comprometeremos.
La riqueza no está bien distribuida. Datos sacados del informe de Cáritas: Casi la mitad del mundo, Más de tres mil millones de personas, subsisten con menos de 2,50 dólares al día y muchísimos de ellos con 1 dólar diario. Más de mil millones de personas entraron al siglo XXI sin poder leer un libro ni saber escribir sus propios nombres. El PNB (Producto Nacional Bruto) de los 41 países más pobres y endeudados del mundo (con 567 millones de personas) es inferior a la suma de las riquezas de las 7 personas más ricas del mundo. Sólo se necesitaba menos del 1 % de lo que el mundo invierte cada año en armas, para poder poner a cada niño en la escuela en el año 2000 y sin embargo, eso no pasó. Mil millones de niños viven en la pobreza (1 de cada 2 niños en el mundo). 640 millones viven sin refugio adecuado. 400 millones no tienen acceso a agua potable segura. 270 millones no tienen acceso a los servicios. 10,6 millones murieron en el año 2003 antes de que alcanzaran los 5 años de edad (aproximadamente 29.000 niños por día).
Muchos países viven dominados por gobernantes tiranos. Dictaduras o potencias que tratan de dominar a los demás. Muchas familias desestructuradas (esto es una constante de todos los tiempos y este no iba a ser una excepción). En algunas sociedades aún se lapida a la mujer que es sorprendida o acusada de adulterio, al hombre no (no debe hacerse a ninguno).
La situación de los sin techo. El día 23 se celebró la campaña de los sin techo y su lema nos dice todo: “ser sin techo es mucho más que carecer de hogar”.
Refugiados causados por los que provocan las guerras o las grandes crisis económicas, la droga, el alcoholismo. Todo esto es un clamor. La indiferencia ante el dolor y el sufrimiento ajeno (una foto en una playa del sur de España: un inmigrante muerto en la arena. Una familia sentada cerca, seguía tomando el sol). El cambio climático. Consecuencias muy negativas para la naturaleza. La contaminación que producimos está destruyendo el medioambiente… y ya estamos sufriendo las consecuencias. El estilo de vida actual: consumismo, contaminación, botellón, vida fácil como sea y a costa de lo que sea, etc. provoca no sólo deterioro medioambiental, sino también pobreza, marginación, injusticia, desigualdad… deshumanización, en la vida de muchas personas.
No todo es negativo. También tiene su lado positivo. También se empiezan a tomar medidas, aunque son insuficientes. Mayor conocimiento de la realidad, mayor capacidad de desplazamiento, el que la gente viva mejor es bueno y deseable para todos, etc . Se están tomando medidas. ¿Por qué se toman medidas? Porque hay personas que toman conciencia de la situación y hacen que las poblaciones se manifiesten y protesten. ¿Somos los cristianos pioneros? Necesitamos otro estilo de vivir. Otro estilo que no deteriore no sólo el medioambiente sino también el medio social. Hay “agentes contaminantes” que están destruyendo las relaciones humanas en nuestra sociedad… y esto es una amenaza que también tiene que movilizarnos. Se necesita un cambio de estilo de vivir, para dar lugar a un cambio de sociedad, donde no haya últimos ni excluidos. Otro estilo de vivir es posible que contrarreste lo que nos predica la sociedad: En la campaña institucional de Cáritas de este curso se nos dan a conocer la bienaventuranzas del mundo actual:
Felices son las agencias de marketing y publicidad cuando consiguen hacerte comprar algo que no necesitabas.
Felices son los gobernantes de turno si te conviertes en un ciudadano pasivo que no se moviliza para denunciar las injusticias sociales que ves a tu alrededor.
Felices son los dueños de las multinacionales si compras sus productos sin exigirles que respeten los derechos laborales de sus trabajadores y subcontratas.
Felices son los banqueros cuando les dejas tu dinero a plazo fijo sin pedirles que no lo inviertan en empresas de armas, o empresas contaminantes, o que explotan a los trabajadores…
Felices son los dueños de las grandes superficies cuando te ven allí, fielmente, todas las semanas comprando sin parar enseñando a tus hijos a ser consumidores precoces.
Felices son los directivos de las televisiones y de las empresas dedicadas a las nuevas tecnologías, cuando consiguen que te aísles de los demás para disfrutar de sus productos y programas, encerrándote en tu mundo particular.
Felices son los dueños de las empresas dedicadas al Ocio, cuando consiguen que consumas sus ofertas que te hacen pasarlo tan bien, y que tan poco tiempo libre te dejan para que hagas pasarlo bien a quienes lo pasan mal.
Felices son los dueños de las marcas de renombre cuando consiguen que las compres a un alto precio para estar a la moda y presumir…
Resulta que sin saberlo, estamos haciendo felices a los poderes económicos y políticos de este mundo, porque: Ellos son extremadamente felices viéndonos:
• Individualistas
• Consumistas
• Cada uno preocupado por construirse su bienestar
• Indiferentes ante las problemáticas sociales
…porque esto les beneficia.
Pero que nos dice el Evangelio: Mt. 5, 1 -12. “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué se salara? No sirve sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un celemín, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.
Nuestro actuar:
¿Cómo actúa Jesús?
El Papa nos lo dice en su primera encíclica, Deus caritas est: “Este actuar de Dios adquiere … su forma dramática … en Jesucristo, el propio Dios va tras la « oveja perdida », la humanidad doliente y extraviada.”
El mismo Papa nos dice cómo debemos actuar. Nuestro actuar debe estar enraizado en el amor de Dios: “El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad.
En consecuencia, el amor necesita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado. La Iglesia ha sido consciente de que esta tarea ha tenido una importancia constitutiva para ella desde sus comienzos: « Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían sus posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno »
En la comunidad de los creyentes no debe haber una forma de pobreza en la que se niegue a alguien los bienes necesarios para una vida decorosa.
En este Adviento y en esta Navidad estemos vigilantes para que en nuestras comunidades parroquiales y en nuestra comunidad interparroquial “no haya una forma de pobreza en la que se niegue a alguien los bienes necesarios para una vida decorosa”.
Nos sigue diciendo la campaña de Cáritas que:
Mucha gente pequeña, haciendo muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños… PUEDE CAMBIAR EL MUNDO.
D. Donato Dosil
En el balcón del Motel Lorraine, en la ciudad de Memphis, donde Martin Luther king fue alcanzado por una bala asesina el 4 de abril de 1968, se escribieron estas palabras de la Biblia (Génesis 37, episodio de José y sus hermanos) “Se decían unos a otros, por ahí viene el soñador; venid, matémoslo. Veremos entonces en qué paran sus sueños”.
El texto de Isaías que vamos a leer nos presenta un sueño, un sueño para despertar; el sueño de un mundo distinto. El sueño que soñó Martin Luther King. Murió para hacer presente ese sueño. Isaías, 11, 1-10
Quien no hace nada para cambiar este mundo no cree que es posible un mundo mejor. Adviento, Navidad, nos presentan, nos anuncian un futuro: Dios con nosotros, nunca contra nosotros. Un Dios que quiere que sus hijos vivan como hermanos; no un mundo que rompe la comunión, un mundo en el que sus hermanos no viven como hermanos.
En Navidad descubrimos la importancia del hombre. Navidad es la gran palabra venida de Dios a favor del hombre.
En Navidad tiene que nacer el compromiso con ese futuro, trabajando, implicándonos, complicándonos para hacerlo presente.
Una pintada juvenil: Dios ha nacido pero ¿han nacido los cristianos?
El cardenal Martini, comentando la parábola del juicio final (capítulo 25 de San Mateo), escribe: “lo que este texto quiere subrayar es esta verdad fundamental: la relación del hombre con el Hijo del Hombre se juega en la relación del hombre con el hombre”.
Creer es aceptar la sorpresa. El tema de un villancico centroeuropeo: los pastores llegan al portal con sus dones. Un pastor tiene las manos vacías. Sus compañeros impacientes, molestos, le preguntan: ¿qué le traes al Niño? Y el pastor, el de las manos vacías, contesta: yo le traigo mi sorpresa.
La sorpresa. Quien cree tan sólo que Dios es eterno y todopoderoso será un hombre religioso pero no será cristiano. El cristianismo además de pensar en Dios como eterno y todopoderoso piensa en Dios como débil, vulnerable, dependiente, necesitado.
Sorpresa: “el Mesías sería el camino pero este Niño no sabía andar. Iba a ser la Vida pero se moriría si María no lo alimentase. Creador del Sol pero tiritaba de frío. Había cubierto de hierba los campos pero estaba desnudo”
Navidad, tiempo de alegría. Alegría por el sí de Dios a la humanidad. Tiempo de compromiso para que nosotros digamos sí a su venida.“Ver, Señor Jesús”. Voy, Señor Jesús.
¿Tenemos miedo al Adviento, a la Navidad? Dice San Agustín: “¿No nos da vergüenza, hermanos? Le amamos pero tememos su venida.”
Tememos su venida. Hay que hacerle sitio. No viene solo.Tememos su venida porque los encuentros cuando son profundos no dejas las cosas como están.
En el camino del Adviento nos acompaña María. El tiempo fuerte mariano es el Adviento. María dice sí a Dios, pudiendo decir no. María dice un sí a Dios, que nunca fue no.
“María mira al Niño y piensa: Este Dios es mi niño. Esta carne divina es mi carne. Está hecha de mi, tiene mis ojos, la forma de su boca es la de la mía, se parece a mi. Es Dios y se parece a mi” (J. P. Sartre)
Dios viene a la tierra y los hombres siguen buscándole en las nubes.
Aquella empresa tenía este lema: para triunfar en los negocios se necesita honradez y mucha prudencia. Y preguntaban, ¿a qué llaman ustedes honradez? A cumplir las promesas. ¿Y prudencia? A no hacer nunca promesas.
En Navidad acogemos a un Dios que cumple sus promesas.
Final: “¿Verdad que sería estupendo que las espadas fueran sólo un palo de la baraja; que el escudo fuera sólo una moneda portuguesa; que un tanque fuera sólo una jarra grande de cerveza; que los gatillos fueran sólo gatos pequeños; que las sirenas fueran sólo peces con cuerpo de mujer y las granadas sólo una clase de frutas?”
Orar es una forma práctica de reconocer que nosotros no somos Dios , sino seres indigentes necesitados de su presencia, de su salvación.
Necesitados de Adviento.
Después de enriquecernos con estas dos reflexiones, compartimos un momento informal de charla donde comentar ideas e intercambiar impresiones.